Cada día, cuando salgo del cole y devuelvo a esos pequeños montruitos a sus madres, yo también me creo un poco niña, intento no pisar las rayas de la acera, me atiborro a chuches de todos los colores y canto todas las canciones habidas y por haber, me da igual que sea el chipi-chipi que el auto de papá.
Todo vale si me hace reír acordándome de mis enanos, lo bien que se lo pasan y los pocos enfados que tienen, las rabietas que les dan por cualquier cosa, como que el sandwich de hoy tiene varicela (también llamado salchichón) o que la trompeta ha desaparecido (por si alguien lo quiere saber se la ha llevado Trasto, el duende de la escuela, y en versión extraoficial la he escondido porque me tenían hasta los mismísimos con la trompetita de los huevos).
Aunque también hay otros con problemas mayores como que las medias les molestan o un flequillo que les impide ver; pero eso tiene fácil solución, solo hay que tener a mano siempre unas tijeras.
¿y tu? ¿no quieres ser ya un niño? yo no quiero dejar de serlo.
¿porqué eres más importante que un collar de macarrones o un beso de mariposa?
1 comentario:
El sandwich con varicela..., jajajajaja.
Por cierto, ¿sabes que tengo mail, no? ;)
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