martes, 6 de noviembre de 2007

Martes, ¿y trece?

Como si me hubiera levantado con el pie izquierdo dando una voltereta y al final cayera de pie.

Me he despertado tarde, como siempre. Música y ducha, como siempre. El ritual mañanero no parecía fuera de lo común y para empezar el buen día, he tirado el café, dos veces.

La cisterna del baño con un secreto mecanismo interno creado por algún ser retorcido ha dejado de funcionar y como soy fontanera y sólo eran las 8:25 (tengo que salir de casa a y cuarto para llegar justita a clase), pues he intentado arreglarla con resultados nulos por supuesto. Aunque me he dado por vencida unas horas, he dejado todo el baño empantanado pero creyendo que sólo le faltaba un pequeño arreglillo.

He salido corriendo después de lavarme los dientes y preparar el bolso pero antes de salir he cogido el libro de la autoescuela y por alguna razón he metido dentro 10€ que he visto encima de la mesa del salón.

Con las llaves en la mano, los pendientes en el bolsillo del pantalón, la chaqueta sin abrochar y la bufanda medio colgando, he salido de casa lo más deprisa que he podido hasta llegar al metro.

2 minutos, (perfecto, no llego demasiado tarde). Una vez subida al vagón del metro, con el sitio calentito gracias a ese que se acababa de bajar, todo estaba controlado.

Por supuesto he llegado tarde pero la mañana iba transcurriendo sin sorpresas hasta que ha llegado la hora de comer y me he puesto a buscar en el bolso histérica un monedero que no estaba, no tenía DNI pero tenía los 10€ salvadores dentro del libro de la autoescuela, gracias a los cuales no he muerto de inanición.

Otra clase a las 15:30, no es buena hora pero se aguanta. A la salida de la clase dice una amiga: "me voy a poner la chaqueta que hace frío" y mi respuesta mental era: "yo también"; pero no, mierda, he abandonado mi chaqueta en algun lugar de este infierno...
Había clases así que hasta las 7 no podía ir a buscarla y tras el tercer intento: objetos perdidos (claro, cómo no se me ocurriría antes...).

Después de llamar a casa para averiguar si había perdido el monedero con el DNI, las tarjetas de crédito, el carné de la universidad, el carné joven, algo de dinero y unos chicles, mi madre me dice que ha sido falsa alarma y que me lo he dejado dentro del bolso que he dejado tirado encima de la cama sin hacer, pero que la próxima vez tenga más cuidado porque el agua se estaba saliendo del baño (quién me mandaría a mi tocar nada).

Como al principio de curso decidí que tenía demasiado tiempo libre, me apunté a un curso de diseño de páginas web los martes y jueves de 5 a 7. Se necesita un ordenador para seguir la clase, hoy he necesitado tres porque ninguno encendía...

De vuelta a casa se agradece un poco de música, ¿y mi ipod?, otra vez como una loca dándole mil vueltas al bolso a ver si el maldito reproductor estaba metido en el forro o se había ido andando con otra dueña que fuera menos desastre.

Al bajar del metro, directa a la clase de la autoescuela, para terminar bien el día, leyendo las normas generales a la hora de realizar un viaje, vamos, que eches gasolina, que mires las ruedas, que no ates las maletas al techo con cuerdas..., lo normal, ¿no?

Y por fin parece que se está acabando este dichoso martes.

Por cierto, el ipod también estaba en casa, a los pies de la cama..

A veces el Caos me invade ;)

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Desde luego, no se puede decir que hoy te hayas aburrido!!!

:-D

Gambutrol dijo...

Por dios que desastre de día..., mira yo cuando me pasa esto lo mando todo a tomar pol saco y me pongo a dormir... si he de faltar a clases pues falto, si he quedao con alguien pues se manda un sms dicnendo: no salgo... si he de comprar algo... mañana será otro día Y A TOMAR POR EL CULO EL MUNDO ENTERO... ¡qué cojones!

A ver que tal mañana (o sea, hoy)

Anónimo dijo...

Mmm, a saber dónde tendrías la cabeza para olvidarlo todo...

Un saludo, Joan.