Diana siempre pide treinta céntimos, lo justo para poder comprarse un litro de cerveza. Vaga sin rumbo día y noche con las mismas compañías de hace quince años, aquellos que soñaron junto a ella con un futuro sin límites.
En los días de frío la boca del metro se convierte en su casa, aunque sería mejor decir que en los días de calor tampoco tiene otra. Apostada en las escaleras mecánicas mendiga tabaco y algo suelto para seguir matando las horas con una botella en la mano. Pide sin prisa. Hoy se ha topado conmigo y me ha regalado un deseo: "gracias bonita, que nunca te falte de nada".
1 comentario:
Hay quién se quedó perdido en el tiempo...
Besitos
Publicar un comentario