Acabo de terminar de ver una película que ya había visto, unas cien veces, típica comedia romántica americana, en la que la chica impopular de instituto y el capitán del equipo de fútbol se enamoran a pesar de todos los impedimentos, porque claro, de repente ella se convierte en guapa y él se da cuenta que no le importa lo que digan los demás, sólo cuenta el amor. Vamos, una versión Disney adolescente del príncipe azul y la cenicienta.
No me lo creo, nunca lo he creido, pero en un rincón oscuro dentro de mí queda una eterna romántica que quiere creer que, a veces, el amor existe. Al margen de los clichés, de las parejas perfectas, no es eso lo que pretendo. No quiero un amor civilizado, tan sólo caricias bajo las sábanas, estorbarte con mi pelo, palomitas para dos, compartir pensamientos, susurrarte, cosquillas, viajes, siestas, sueños, café y dos azucarillos.
Pero todo es tan difícil.
Dónde voy a encontrarte, si nunca paré de buscar. Quizás no existes, quizás no sepas que te estoy esperando.
Quizás...
2 comentarios:
Yo también busco eso...
¡Claro, si es que al final es eso lo que importa!
¿Amor civilizado? ¿Qué es eso? :P
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