martes, 19 de enero de 2010

Ya no queda nada de ayer

Volviste a aparecer, tú, que me habías olvidado. Yo, que nunca te amé.

La verdad, te echaba de menos, un poco. Pero no tanto como para empezar de cero, no soy capaz. Entonces no pude darte lo que necesitabas, sólo me dejé querer. No era suficiente, fui egoista (y aún lo soy), no sólo busco que me quieran, necesito querer, darlo todo, emocionarme, esperar con el estomago encogido por los nervios, sentir cada beso como el primero.

A veces intento darnos una oportunidad, pero siempre acabo con la misma respuesta. Trataré de guardarme los dados para cuando ambos estemos en la primera casilla del juego. O en la última.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Para qué comenzar nada que no lleva a ninguna parte... ahorremonos dolor innecesario. Aparecerá más gente con la que jugar y lanzar dados! ;)

Lola London dijo...

Cuando dos personas no quieren lo mismo solo pueden hacerse daño :D
Buena elección.

UN beso

dijo...

Hombre, veo que has vuelto y con fuerza! (con fuerza de palabras y de sentimientos, en plan súper prolífica). ¡Bienvenida!

Uff... respecto a esta entrada, el tema es que si segundas partes no fueron buenas, las terceras ya me dirás... :)

Por lo demás, parece que estamos todos últimamente experimentando desencuentros (o reencuentros desencontrados), desengaños, desilusiones, desamores... ¿Será la época?

Besosss :)