El cielo estaba increíble, casi como si fuera un cuadro se dejaba admirar por todo el que quisiera darse cuenta.
Todos los colores en un sólo vistazo acompañados de lo cotidiano.
El ruido se hacía más pequeño al observar.
Durante un instante todo me pareció trivial, minúsculo, sólo sentía dentro lo bello, la suerte de estar viva y poder disfrutar de algo así, esas cosas que a veces nos pasan desapercibidas pero que, si nos detenemos, son capaces de llegarnos al alma.
3 comentarios:
Ainsss, te tengo abandonada, ¿Qué tal por tierras mejicanas? Qué envidia, qué valiente ^_^
Un besote
y esas cosas son las que llenan de verdad
eh:)
chica pop, no te encuentro en este mar de blogs, no puedo acceder a tu perfil, snif, snif, cómo te leo??
gracias por pasearos por aqui y perdon por las ausencias.
un beso!
Publicar un comentario