viernes, 12 de noviembre de 2010

Me hacía falta esa mirada cómplice para acompañar las cervezas, unos bailes estúpidos y alguna que otra risa para hacer de la misma noche algo especial, divertido.
Tan sólo una conversación sin principio ni final, saltos, emoción, lo bueno de las buenas compañías.
Lo mismo de siempre pero con vosotros, con unos ojos que saben qué quiero decir sin más explicaciones.

Cuánto os echo de menos.

No hay comentarios: