viernes, 15 de julio de 2011

Está roto por todos lados, ni siquiera recuerdo cuando ocurrió pero los agujeros fueron apareciendo y la tela se hizo más fina, dejando ver lo que había detrás. Las rayas pasaron a ser el ojo de un huracán, tragándoselo todo a su paso, haciendo del silencio la única opción mientras espero la hora del bricolaje sentada dentro de una caja de zapatos, encendiendo cerillas que consumen el oxígeno sin piedad.

Aprieta la soga, agota la tierra moviéndose sin preguntar por qué las manchas detienen el tiempo, por qué la pintura dejó de asomarse a la ventana para deletrear los rayos que se cuelan entre las sábanas tendidas en las paredes.

A oscuras tiendo la mano buscando los bordes de una gota que se escurre entre los bucles de un viento que acelera en las rectas y junta los párpados en las cuestas, como si tuviera miedo de caer en un vaso vacío de donde nada se puede recuperar.

Está roto pero el viento...

... si, el viento puede ayudar.

1 comentario:

Penny Lane dijo...

El viento y el tiempo :)