martes, 12 de julio de 2011

Se cae el cielo a jirones.
Se cuela por los poros la sal.
Duele pensar no tenerte,
es más fácil si no estás.

El tiempo seca la sangre.
Tiemblan los dedos al pasar
por un teclado empolvado
que no quiere escribir más.

Acabaste con mis ganas.
Acabé por no soñar.
Acabamos por odiarnos
sin dejarnos escapar.

Fingimos que no somos
conscientes de la realidad,
de un tiempo que ya no brilla,
sonrisas que no volverán.

Demasiados reproches.
Demasiado azar.
Ahora tu tiempo es de otra,
nuestro Nosotros quedó atrás.

Y aunque ya no lo quiera,
aunque sepa que no hay más,
aun duele quererte
y no poderlo evitar.

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