domingo, 7 de agosto de 2011

Fumando el humo mientras todo pasa

Queridos lectores, bueno, lector, esto... queridos animales y plantas.

Tengo un anuncio muy importante que hacer: soy mayor. Llevo mucho tiempo resistiéndome a decirlo, pero aquí está, aún no soy tan mayor como para ir a la compra con el dinero en el sujetador o engancharme a Saber Vivir; pero soy mayor.

La razón de esta afirmación tan rotunda es empírica. Me ha salido mi primera cana. Ha sido a traición, ahí estaba ella, en mi coronilla desde quien sabe cuando, sin dejarme verla ni poder jugar juntas. Era un día como cualquier otro de sol y parque y apareció mientras observábamos un montón de gente que daba vueltas a una piscina tranquilamente con sus tacones y una calma tan absoluta que nadie hubiera dicho que estaban haciendo ejercicio si no fuera porque un instante después parpadeé y toda esa gente estaba en bañador metida en la piscina.

En fin, que ahí estaba yo, disfrutando del absurdo cuernavaqueño cuando una de mis mexicanas favoritas grita ¡Tienes una cana! y yo ¿Dónde, dónde? ¡Déjame verla!
Hubo que buscar bien, como monos en plena campaña de purga, y dos horas después, esto... dos minutos después ahí estaba, creciendo escondida, concediéndome una sabiduría que no sabía que tenía.

Entonces empecé a hacer balance. Una cana, cocinar lentejas los lunes, el carné de conducir, mi último año del carné joven, las gafas de cegata, olvidar las cosas (aunque esto me pasa desde que tengo memoria), taparme con una manta en el sofá moño en alto, las resacas difíciles y muchas otras cosas que no quiero confesar.

Vaya, que soy mayor.

Esta afirmación tiene otro dato a tener en cuenta, ya soy ¡Licenciada! (bueno, me falta el papelito donde lo dice, peeeeero eso son sólo trámites.)
Ou yeah, felicidades a mí por haber acabado por fin algo que requiere un esfuerzo de más de tres días, yujuuuuu.

Y es que el viernes pasado presenté mi último proyecto después de seis laaaaargos y estupendos años, en un salón de actos en medio de otros cortometrajes que se amontonaron en la pantalla. Nos hicieron subir al escenario cual famosillos de turno para matarnos con flashes y vergüenza. Ahí estaba yo, escondida en la multitud, celebrando por dentro con una ilusión que no me cabía.

Así que así es mis muchachos, he entrado por fin en la vida adulta (que asco...), ya no había manera de retrasarlo más.

Me ha costado mucho llegar, pero aquí estoy, en pie, preparada para el siguiente paso, dando gracias a los que me han acompañado en el camino por todo lo que he aprendido de ellos.

Y sí, soy mayor, pero no pienso reconocerlo nunca más, si alguien pregunta sigo siendo una niña.

1 comentario:

Penny Lane dijo...

FELICIDADES ;) Por lo de ser Licenciada. Sobre la cana, conozco a gente con canas desde los 15 ;) No te preocupes :D

Besotes bonita