...pero nada sigue igual. No se puede vivir del recuerdo, ni vivir sin recordar.
No sé si son ellos, ellas o él. Quizás ninguno, quizás todos. Seguramente sea yo. Nunca volverá a ser como antes. Creo que lo prefiero así, me gusta ser un poco más valiente, tratar de vivir el momento sin pensar que mañana será otro día y tendré que madrugar.
No me dio tanta pena irme como otros años, me lo pasé genial, disfruté como muchas veces antes no me había pasado, me reí, bailé, salí, bebí, salté, dormí... pero sin duda lo mejor fue haber hecho lo que me apetecía, dejar a un lado la gente que no merece la pena e interesarme por aquellos que sí la valen, dejar de pensar en que la opinión de todo el mundo es más importante que la mía, que no merezco las cosas buenas, saber que en realidad no va todo tan mal, que el vaso está medio lleno, que te he cambiado por otro (y, aunque no haya sido el mejor de los cambios, ya no tienes ese poder que antaño me calaba los huesos), sé cuál es el límite y ya no deseo traspasarlo.
2 comentarios:
Dicen que todo cambia... para quedar igual. Yo digo que es mejor ver el vaso a la mitad, así nunca está medio vacío.
El tiempo va pasando sin que lo notemos...y cuando queremos darnos cuenta, todo a cambiado. O como dices tu, no ha cambiado nada, pero nada sigue igual.
Siempre podremos quedarnos con "aquellas pequeñas cosas", como dice serrat, y también alegrarnos cuando el cambio es para bien, como en tu caso, en el que ahora ves el vaso medio lleno, y sabes que la opinión de los demás es menos importante que la tuya (algo que parece obvio, pero que no todo el mundo tiene presente)
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