viernes, 1 de octubre de 2010

Don Chón

Tenía que probarlo, descubrir estos nuevos sabores de otra tierra sin pensar en qué hay detrás antes de degustarlo.

Lo he hecho. Estoy aquí, sobreviviendo, devorando platos que ni sé pronunciar (comida prehispánica... huevas de mosca, pejilagarto, quéseyoquemas) y mucho menos preparar. Riendo según el día y las ganas. Apoyándome en un compañero de casa que se está convirtiendo en un muy buen amigo, que me achucha y me levanta cuando me duermo en los laureles, a quien le cuento mis penas y alegrías porque es lo único que tengo cerca, porque es un personaje singular que me equilibra y me llena de energía cuando ya no me queda, porque me acompaña cuando tengo miedo y pone mi canción favorita si sabe que lo necesito. Sé que está al otro lado de la pared, que cuento con él, que cuenta conmigo, que le salen unas lentejas estupendas y que está, como yo, un poco loco.

Sé que sin él México no sería lo mismo.

Gracias.

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