No hay vaso a medias, sólo sed de cambio

Quería besarle, pero estaba pensando en ti, toda la tarde, sabiendo que estabas calmado en el sofá azul.

Intento no aferrarme a tus ojos pero se me antoja tan dificil olvidarte por obligación aun teniéndote sentado junto a mí que la idea de que eso pase me aterra.

Pero tiene que suceder, porque si te persigo por los mares los pesos de mis pies me anclarán al fondo y sentiré que me ahogo sin pelear.

Ya perdí muchas veces, me escondí en demasiadas trincheras en las que no había aire para sobrevivir. Esta vez no pienso deshacerme en la arena, sino caminar con más fuerza, sin mirar si vas detrás, no permitiré que tus palabras me acobarden, ni que impongan mi sendero. Sin saberlo me ayudarás a ser más fuerte. Algún día te daré las gracias por ello.