miércoles, 21 de julio de 2010

Summertime

¡Por fin estoy de vacaciones! Ya no me acordaba el placer de dormir sin hora y levantarme sólo para hacer cosas que me apetecen (bueno, también hay alguna obligación, pero es menor, jeje)

Después de este año de facultad hasta las mil, curros varios, sacarme el carnet de conducir... después de todo vino el campamento de verano y me enamoré, me enamoré de 12 niños que han sido como una pequeña familia para mí. Me han hecho sentir que lo que hago merece la pena, que los abrazos sentidos valen más que cientos de palabras bonitas, que no todo son risas, pero éstas sientan mejor si son sinceras, que la vida es difícil para todos, y que los adolescentes andan perdidos en un limbo en el que les pueden las ganas de seguir siendo niños y las ansias de crecer deprisa.

Y me enamoré, bueno, me terminé de enamorar; pero siempre tiene que ser complicado y esta vez no iba a ser menos. 10 días de sonrisas y disfrute para darme de bruces con 15 días de echarle de menos mientras recorre Europa. Para cuando vuelva seré yo la que no esté en Madrid. Demasiados malabares para acabar en el mismo punto de siempre.

Ahora toca ponerme al día, hacer caja de la ciudad y encontrar en cada momento algo que merezca la pena.

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