viernes, 23 de julio de 2010

Volar donde estés y quedarme contigo

Cuánto te estoy echando de menos. Y no puedo decírtelo. No puedo llamarte y escuchar tu voz mientras estoy casi dormida y me cuentas.
Cuánto te estoy echando de menos. Y ni siquiera lo pretendía. No creí que fuera a doler tanto cuando me despedí.

Quiero tocar de nuevo
tu sonrisa, jugar con tus pupilas, sentir tu piel en la mía, tus manos haciendo que corra el reloj. Quiero saber si eres real, que me descubras, ocultarte palabras dejando que rehagas el puzzle sacando las piezas de mis bolsillos. Quiero todo el tiempo para los dos, las manos entrelazadas, los pasos al son de mil estrellas, estremecernos mientras el frío se cuela por los rincones de una cama improvisada. Quiero deshacer el ovillo, poco a poco, para averiguar si podré tejer una luna para dos.

Aún queda una larga semana para que vuelvas...

y te estoy echando tanto de menos.

2 comentarios:

Amanda dijo...

Qué duro es eso de echar de menos ¿verdad?

Anónimo dijo...

¿Y por qué no puedes llamarlo?