martes, 3 de agosto de 2010

Ahora que tocan los ojos, que miran las bocas, que gritan los dedos

Se desvaneció el mundo a nuestro alrededor. Madrid nos acogió. Cayeron los muros. Entonces fuimos tú y yo, sin tapujos, sin ayer ni hoy ni mañana. Tus besos con sabor a fresa me despegaron del suelo. Tus manos me cuidaron del frío a cada paso mientras el amanecer nos despertaba del ensueño. Nos fundimos y bailamos al tiempo con nuestros cuerpos marcando el compás. Nos reimos sin miedo de Saturno. Caminamos buscando un mismo ritmo que llegó sin esfuerzo.

Sonreiste. Tienes unos labios que me dejan sin aliento.

Más besos.
Y al marchar nos buscamos deseando parar el tiempo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo has escrito de una manera preciosa :)

Feliz reencuentro!