domingo, 6 de marzo de 2011

Vuelco.

Quiero volcar las tonterías que se acumulan en mis entrañas y no me dejan disfrutar.
Con este nudo marinero que me ata las manos a la barandilla no puedo sonreír de verdad porque todo lo relaciono contigo, cada paso que doy pienso si estarás de acuerdo. Y no es justo. Tú no me tienes en cuenta, no te importa si me caigo o si tus palabras duelen más de lo debido.
Pienso en ser de hielo, funciona un rato, hasta que las canciones me traen a ti y tu te das la vuelta negándome los versos.

¿Por qué no puedo ser yo sin más?

Imperfecta. Lo sé, estuve de acuerdo en el reparto de las virtudes y los defectos. Y a pesar de que me tocaran más de los segundos estoy aprendiendo a lidiar con ellos sin miedo, son parte de mí, de mis logros y mis fracasos. No estaría aquí sentada si no fuera un caos, si no adorara sonreír, si no tirara el café cada mañana, si mi cuarto estuviera siempre recogido, si tuviera los ojos azules. No estaría aquí si lo supiera todo, si hubiera vivido de otra manera, si no tuviera en cuenta a los que me rodean, si siempre pidiera permiso.

¿Por qué no me dejas ser yo sin más?

2 comentarios:

Penny Lane dijo...

¿Quien dijo que tienes muchos defectos?

Dependiendo de quién te mire, tendrás más o menos.

:)

Sube a la azotea y pega gritos, todos los que quieras, verás que bien te quedas ;)

Clara dijo...

No tienes más defectos que virtudes. Nunca vuelvas a decir eso. Te echo de menos. Un beso enorme